Introducción

La importancia de la salud mental

El trabajo es indispensable para la mayoría de las personas, lo ideal es rendir al máximo, ser lo más productivo posible, pero en la mayoría de las veces existe al menos una variable del comportamiento que no le permite desempeñarse de la manera ideal, la influencia social, la presión, los problemas familiares, entre otros factores afectan de manera negativa, creando situaciones y emociones no gratas como el estrés, y la  ansiedad, todo esto al final del día ocasionará una fatiga, si se llega a presentar de manera regular no solo tendrá consecuencias en la productividad sino también en la salud mental y física. Esto afecta a un gran número de personas y cada día aumentan los problemas de salud relacionados con el comportamiento laboral. El desarrollar este proyecto tendrá un gran impacto en la salud mental de las personas que prestan sus servicios en el sector laboral.

La salud mental se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad. (OMS, 2013)

La salud no es sólo la ausencia de enfermedades, sino un estado de completo bienestar en el ámbito físico, social y desde luego mental, de ahí la importancia de promover acciones para promover la salud mental tanto a nivel individual y colectivo como gubernamental. (salud, 2018)

Desde un punto de vista económico. Los trastornos mentales merman la capacidad de aprendizaje de los niños y la capacidad de los adultos para desenvolverse en la familia, en el trabajo y en la sociedad en general. La pobreza y las tensiones que conlleva, como el desempleo, la violencia, la exclusión social y la inseguridad constante, están estrechamente ligadas a la aparición de trastornos mentales. (Ki-moon, 2019)

En las organizaciones empresariales es común verificar los desgastes emocionales del personal por expectativas no cumplidas dentro de su esfera laboral. Estas perspectivas muchas veces no tienen que ver con promesas hechas, sino con el contenido de un contrato psicológico que los empleados manejan fincado en ilusiones y buenos deseos como ascensos y  beneficios económicos.

El buen ánimo en las empresas está en función no sólo de las expectativas cumplidas del personal, sino en la medida que sean partícipes y se involucren en la toma decisiones que les competen. (Ejecutiva, 2004)